“En
la última parte del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial, en general, no se requería pasaporte para los viajes dentro de Europa, y el cruce de la
frontera era fácil. En consecuencia, relativamente pocas personas tenían pasaportes.” ¹
Primero y
antes que nada, queda claro entonces que el pasaporte es un invento del último siglo para restringir las libertades
individuales, trabando la posibilidad de los ciudadanos para salir de su país y,
a la vez, dejar entrar al mismo a los extranjeros.
Ahora bien, ¿quién
es el mayor beneficiado? Como no podía faltar, el Estado. En principio porque
es el que decide quien entra y quien sale. Segundo, porque tiene el monopolio para
hacer el trámite con el correspondiente
costo a cargo de los ciudadanos.
Uno de los
argumentos en los que me baso para intentar abrir los ojos sobre este estúpido
invento es el porque solicitar a los viajantes el pasaporte para entrar al
país…¿Acaso los viajeros internacionales
vienen al país a insultar a los habitantes? ¿A asesinarlos? ¿A robar? NO! Claro
que NO! Ellos vienen, justamente, a hacer turismo, a trabajar, a ejercer toda
actividad licita, a estudiar, a conocer lo popularmente llamado “cultura” y por, añadidura, a dejar sus
capitales en el país y aportar su mano de obra. Así ha sido siempre en la
historia de la humanidad, hasta que los gobiernos decidieron hacer más difícil,
cuando no imposible, ese movimiento espontáneo de la gente.
Un poco de historia
(no tan lejana): mi familia es de ascendencia italiana, llegados a la Argentina junto con otros miles de
inmigrantes (italianos, españoles, polacos, etc.), queriendo obtener en estas
tierras un futuro mejor del que podían llegar a tener en sus países de origen.
¿Qué hubiese pasado si todos esos miles de inmigrantes hubiesen tenido que tener
el bendito pasaporte para venir a la Argentina a vivir? Lo seguro es que más de
la mitad de ellos, finalmente, no hubiesen llegado a estas tierras y nuestro
país, tal vez, no sería lo que es hoy en día gracias al aporte multicultural de
tantos inmigrantes.
Como
conclusión, sostengo que el pasaporte no es más que un impedimento estatal a la
libre circulación de las personas alrededor del mundo y que cualquier pasaporte
(o lo que fuere parecido a ellos), debería ser eliminado, anulado y extinguido
de los requisitos exigibles a todo viajero internacional.
Muy interesante y novedoso el tema de este artículo. Una visión realmente de alguien libre. Agregaría, en defensa de la tesis expuesta, el caso actual de Cuba. La dictadura cavernaria gobernante en esa isla caribeña no sólo impide el acceso a internet o prohibe el comercio...sino que entrega pasaportes a sus amigos y partidarios del régimen, mientras que se lo retacea a los opositores. De esa manera, la isla se transforma en una verdadera cárcel.El que tenga dudas de lo anterior, que le pregunte a Hilda Molina o a Yoanni Sanchez.
ResponderEliminarNico ¡Felicitaciones por el blog! Muy buenas las 3 notas. Destaco la calidad de los contenidos y la excelencia en la redacción de los articulos.
ResponderEliminarDiana