martes, 24 de diciembre de 2013

Mi entrevista con Frédéric Bastiat

Ayer soñé con Frédéric Bastiat, un excelente ensayista y miembro del parlamento francés, hace 2 siglos atrás. A continuación destaco la conversación que tuvimos como una especie de entrevista mano a mano.

-Señor Bastiat, primero y antes que nada, es un honor poder estar conversando con usted y poder hacerle un par de preguntas…En los últimos años el gobierno argentino ha ido incrementando notoriamente la cantidad de feriados obligatorios, ¿cuál es su opinión al respecto?
-Me parece que se está cayendo en un claro ejemplo de la falacia que publiqué hace un tiempo con el título de “Lo que se ve y lo que no se ve”. Se lo explico: el gobierno dicta feriados obligatorios para que la gente descanse y se vaya de vacaciones. Pues esto es lo que se ve. Mientras que solo se favorece a unos pocos sectores, como el turismo en detrimento de tantos otros (fabricas u oficinas, por ejemplo) o mientras que un empleado acepta el feriado, es el empleador que queda obligado a pagar al empleado su salario, así que pierde dinero al no tener ganancias. Esto es lo que no se ve. Le resumo, ¿porqué un  gobierno debe favorecer la industria turística? Nunca se ha expuesto la razón. Desde ya le aclaro que si dicen que es “movilizadora de recursos”, vuelvo a lo anterior: se ve la gente ocupando hoteles, pero no se ve la gente que deja de comprar en una ferretería, ¿explico el sin sentido?

-Siguiendo con el tema, en esta época de fiestas de fin de año, el gobierno ha dado asuetos y feriados obligatorios a sus empleados para que puedan disfrutar de más tiempo libre y disponer de unas mini vacaciones con sueldo incluido, supongo entonces que no está muy a favor de esto…
-Por supuesto que no. Lo único que se puede destacar en este ejemplo es lo prescindible que son los “bienes” que produce el estado y, por ende, los propios empleados del gobierno.


-¿¿Cómo es eso??
-Claro, fíjese. Lo empleados estatales son los que menos trabajan con respecto a los empleados en el sector privado. La mayoría son, en realidad, desocupados con sueldo. Con mi anterior respuesta me refiero a que Argentina en realidad sobrevive a pesar de los empleados estatales. La ganancia bruta de los empleados estatales es claramente negativa 

-Entonces, ¿usted me dice que el trabajador estatal no es un eslabón clave en el mercado, y que no se le debe dar este tipo de feriados porque si no se crea un mercado ficticio?
-No, para nada. Es más, los empleados estatales son tan innecesarios que, a pesar, de que se tomen este tipo de feriados, el país va a seguir en pie. Fíjese: son casi 2 semanas enteras sin “producción estatal”….y la realidad es que no se nota. Es más, me animaría a decir que hasta es bueno: los genios que manejan su país descansan y brindan, por lo que no sacan ninguna resolución, decreto o ley negativo para el país, como hacen casi todos los días hábiles.

-Una última consulta relacionado con el tema de las fiestas. Siempre para esta época se acusa a la navidad de ser una festividad del llamado “capitalismo salvaje” que lo único que quiere es que “consumamos productos, compremos regalos”, etc. ¿Qué respuesta puede dar a estas declaraciones?
-La sociedad libre se organiza por si sola eficientemente. Nadie está obligado, con un revolver en la cabeza, a celebrar tal o cual festividad. Por ejemplo, se reparten regalos los unos a los otros. Es una época donde predomina la generosidad y la caridad. Todo gracias al orden espontáneo. Como le decía, no hay ningún tipo de obligación por parte gubernamental para obligarnos a celebrar nada. Aquí es donde se puede apreciar 100% la acción humana en trabajo. Y, más bien, sobran ejemplos de prohibiciones de celebrar la navidad u otras festividades por regímenes que esclavizaron (y esclavizan) a sus pueblos.
-Gracias y buena suerte.
-Lo mismo digo.

Un caso reiterado: la fuerte inflación en Argentina

En un planeta en donde el 95% de los países tiene una inflación menor al 10% anual, y la mayoría inferior al 5%, la República Argentina integra el selecto y lamentable grupo con más de 10%, junto con Venezuela, Siria y otros pocos países.

Ahora bien, en el caso argentino es más trágico, ya que este país convive desde hace medio siglo con este flagelo (con excepción de un par de períodos, entre ellos la década de los 90, en dónde se ató la moneda nacional al dólar). Es el típico ejemplo de quien tropieza una y otra vez con la misma piedra.

Según el economista Philip Cagan un episodio de hiperinflación se inicia cuando hay un mes en el que el nivel de precios aumenta en al menos un 50%. Volviendo al análisis del caso de la Argentina, veamos que sucedió en 1.989.

El mes en el que comienza la hiperinflación es en mayo y termina en junio de ese mismo año. Tan solo tres meses bastaron para que este fenómeno pulverizara completamente a la moneda local, el Austral, que la economía del país cayera en bancarrota y que el presidente en ejercicio Raúl Alfonsín renunciara al cargo y que se adelantara la asunción del nuevo presidente electo, Carlos Menem.

En otras palabras, la convulsión social fue más que significativa. Esto no quiere decir que los meses previos no se hubieran producido grandes niveles de inflación, de hecho la inflación de marzo y abril fue de 17% y 33% respectivamente. Pero como ya dijimos, si seguimos la definición de Cagan, la punta del iceberg fue en mayo con una inflación del 78% tan solo en ese mes.

Hoy en día, ciertamente, la Argentina todavía no se encuentra dentro de esta definición de hiperinflación, pero esto no quiere decir que sea le sea imposible llegar de nuevo a ese extremo. Es más, se podría decir que va en ese camino, ya que su Banco Central continúa con una política de imprimir dinero sin límites aparentes para financiar al estado nacional.

Entonces, ¿qué es lo que sucede en la Argentina de este 2013, y con un ya cercano 2014? Tal y como lo analiza el profesor Steve Hanke en un estudio del Instituto Cato, la Argentina se encuentra, junto a otros 4 países, en la categoría de “monedas en riesgo”. Con una inflación estimada en el 60% anual, una gran brecha entre el dólar oficial y el que se vende en el mercado negro. Lo más grave del tema es que el gobierno argentino no se anoticia de la situación y la niega, tomando continuamente medidas que profundizan y aceleran la inflación.

Y, paralelamente y como suele suceder en los regímenes de corte totalitario, prohíbe a las consultoras privadas difundir los índices que miden este fenómeno (mientras desde 2007 falsea grotescamente las estadísticas nacionales para esconder la inflación y la pobreza debajo de la alfombra) o, más recientemente, parece encaminado a restringir también la difusión del precio libre (o paralelo) del dólar, en un nuevo y caricaturesco intento de tapar el sol con la mano.

Muy triste para un país que, a principios del siglo XX, parecía destinado a ser una potencia mundial, tenía un nivel de vida ampliamente superior al de Italia o España, competía con EEUU en atraer inmigrantes y su economía era la mitad de toda América del Sur. Nada queda de ese promisorio futuro.



La nota fue reproducida en los siguientes medios:


lunes, 2 de diciembre de 2013

El estado ¡a otra cosa!

¡¡¡Como le gusta regular a los gobiernos!!! Todos los gobiernos lo hacen, ciertamente unos más que otros. Lo raro es que casi nadie diga nada al respecto y que todos lo tomemos como algo natural y normal. Por ejemplo en el rubro de la tecnología: algo que ciertamente esta muy controlado en nuestro país. 

http://www.biography.com/imported/images/Biography/Images/Profiles/G/Bill-Gates-9307520-2-402.jpgTenemos la provincia de Tierra del Fuego "abasteciendo" a 40 millones de habitantes. Pseudos empresarios que pactaron acuerdos proteccionistas con el gobierno para vendernos sus productos a precios exorbitantes. Mercados absolutamente cerrados e hiperregulados. Ahora bien, vale preguntarse, ¿quién es el único que "ordena" eficientemente y de manera natural? Pues el libre mercado. 
Veamos: gente como Bill Gates no le puso un revolver en la cabeza a las personas para que compren su Windows.  Tan solo su personal accionar llevó a que el señor Gates complaciera los gustos y necesidades de las personas y se volviese multi millonario sabiendo que y como vender. 

Hay miles de ejemplos más, pero cerremos esto hoy de la siguiente manera:  cuando se trate de regular,  el estado ¡a otra cosa!

domingo, 1 de diciembre de 2013

Mi socio



Me encuentro muy apenado por la situación por la que esta pasando mi país. Entonces me puse a pensar, ¿dónde reside la clave de la cuestión? Y llegué a la conclusión buena parte de la culpa de mi pobreza es de mi socio. ¿Quién es mi socio? ¡el gobierno! Aquel que se esta llevando mes a mes el 50% de mi salario sin poner un sólo grano de arena. Mi socio es el banco central que con su moneda coercitiva esta haciendo que yo pierda mi poder adquisitivo a razón de más del 25% anual. Mi socio que me obliga a tomar su jubilación sin darme la oportunidad de elegir otras opciones. Mi socio que dice darme seguridad y salud, mientras la gente es asesinada en las calles y los hospitales se caen a pedazos. Mi socio que me prohíbe comprar moneda extranjera. Mi socio que me impide importar lo que yo libremente necesite. Mi socio que cree que todo lo hace y la realidad es que todo lo arruina. La verdad es que un socio de este calibre, ¡mejor perderlo que encontrarlo!

jueves, 7 de noviembre de 2013

Tasa de capitalización


Me fui a cortar el cabello... La peluquería que elegí no era "nada del otro mundo", simplemente una peluquería de barrio.
 

Por el corte, solo un humilde corte, me cobraron US$21. ¿Es caro? ¿Es barato? ¿De qué depende el sueldo del peluquero? Pues bien, sus ingresos, como los de cualquier trabajador, dependen entera y exclusivamente de la tasa de capitalización.

¿Qué quiere decir esto de la "tasa de capitalización? Podemos asimilarlo a la cantidad de maquinarias o la cantidad de herramientas aplicadas a esa producción que están demandando los consumidores; cuando esa cantidad per cápita aumenta, aumentan los salarios e ingresos en términos reales de las personas...

 
Podemos utilizar este caso como un ejemplo clarísimo. Supongamos que un peluquero de Buenos Aires, Argentina se muda a Miami, Florida, USA: automáticamente pasa a ganar no menos de 4 veces más, con las mismas tijeras, los mismos peines, las mismas virtudes y los mismos defectos. En este caso, podemos plantearnos la disyuntiva en pensar si el porteño es más tacaño o si el floridano es más generoso... 
 

Pero no pasa por ahí el tema. Lo relevante está dado en que el floridano está obligado a pagarle un salario más alto a nuestro peluquero, no por generosidad, sino porque ¡la tasa de capitalización se lo exige, la competencia interlaboral así lo determina! Y son, finalmente, los marcos institucionales y el respeto a los derechos de propiedad lo que va a permitir que aumente la mencionada tasa de capitalización y, por ende, el nivel de vida de las personas. En otras palabras, ¡todos queremos ser peluqueros en Estados Unidos y no en Uganda!
 

lunes, 24 de junio de 2013

Carta al ciudadano

           Hoy te quiero dedicar estas líneas. No es que yo quiera dar consejos, tal vez lo que necesito sea recibirlos. Pero sí me tomo el atrevimiento de acercarte algunas ideas y hechos incontrastables para que reflexiones acerca del mundo que nos rodea, sus verdaderos ejes y sus consecuencias. ¡Se que estás ocupado! No quiero, entonces, robarte mucho tiempo, pero te pido prestes atención a mis pensamientos e ideas que voy a plasmar en unas pocas líneas porque, me parece, pueden ser de tu interés para que preserves el bien más preciado de la humanidad: su libertad en el más amplio sentido de la palabra.

            Primero te quiero señalar que, casi accidentalmente, se crearon dos ideologías antitéticas: el totalitarismo y la libertad.

Hannah Arendt
            ¿Qué es el “totalitarismo”? De la manera más explicita que se puede llegar a definir,  "Todo en el estado, todo para el estado, nada fuera del estado, nada contra el estado". Esto lo decía Mussolini y creo que es uno de los mejores resúmenes que se pueden encontrar. En palabras de  Hannah Arendt,  embaucar o engañar a la gente.

            Por otra parte, el significado original de la palabra “libertad”, según la describe Hayek, siempre ha expresado la posibilidad de una persona de actuar de acuerdo con sus planes (…). La libertad es la ausencia de coacción por parte de otros[1].

            Ahora bien te digo que el hombre tiene derecho a la búsqueda de la propia felicidad. Como dijeron los Padres Fundadores Americanos, estamos en el mundo para ser felices, no explotados por otros hombre ni por los gobiernos.

            Claro, hablo de gobierno, pero, ¿qué es? Te digo que el gobierno es una administración del hombre sobre otros hombres. De ahí la imperiosa necesidad de que sea absolutamente  limitado en sus funciones y atributos.

            Sin embargo, ¿qué veo hoy en día, por ejemplo en nuestra Argentina? Un fanatismo kirchnerista casi al extremo de formar una secta cerrada a opiniones diferentes. Así, ha obtenido este nuevo régimen un poder nunca antes logrado por ningún gobierno en un país seriamente organizado. Aquí se han violado descaradamente los derechos individuales de las personas. No sólo el de la búsqueda de su propia felicidad, como decíamos antes, sino también el derecho a la vida, el derecho a la libertad, y el derecho a la propiedad, entre otros.

            De todos modos, no creas que se trata de algo nuevo en la historia de la humanidad. Sin ir más lejos, en 1991 cayó, se desintegró, se pulverizó la Unión Soviética, el último gran vestigio de totalitarismo supremo a nivel hegemónico. Y Occidente salió claramente triunfante. Pero entonces, ¿qué es lo que pasa actualmente que el totalitarismo esta resurgiendo, por ejemplo en América Latina en manos del llamado socialismo del siglo XXI?

             A este totalitarismo se lo disfraza hoy con distintos ropajes. Por caso, la “ayuda a los pobres o los que menos tienen”. Por ejemplo, tan solo para mencionar uno de las tantas acciones gubernamentales que hay, subir el salario mínimo. Esta medida implementada es, en realidad, aun peor para los más pobres, dado que, la mayoría de los pobres no tienen estudios y no son los empleados más calificados. Entonces los gobiernos al subir el salario mínimo hacen que los empresarios, obligados por estas medidas, despidan a los menos calificados y ahora se le haga “rentable” contratar a gente que antes no lo era.  En definitiva, estimado individuo, te pido analices temas como estos, y que tengas presente que, como decía Karl W. Von Humboldt, “el mejor gobierno es aquel que se hace superfluo”. Lo que se debe hacer es darle el poder al individuo. Alberdi fue muy sabio en esto al crear la Constitución liberal de 1853 que, precisamente, pone en primer orden en su escala de valores a los individuos antes que al estado y los gobiernos.

            ¿Cuál debería ser nuestro rumbo? Recordemos que Lucio Séneca (4 a.C. - 65 d.C.) tiene una célebre frase: "Para el navegante que no sabe adónde va, nunca hay vientos favorables", y es una excelente referencia del gobierno actual que no tiene idea de las cosas que está haciendo. Pongámoslo en un nuevo ejemplo. Ya sabemos que los gobiernos siempre necesitan un enemigo para asustar a la gente y justificar a si mismos sus tropelías. Para tomar de nuevo como ejemplo a nuestro país, en este momento estamos en la fase en que el Poder Ejecutivo quiere terminar con un grupo de medios, Clarín, organización que ellos mismos ayudaron a agrandarse y que hasta no hace mucho defendía todas y cada una de las políticas del gobierno. Pero hoy en día, Clarín se encuentra en una faceta opositora “light”. Sin embargo este es un gobierno que, al no tener rumbo, y además muy comediante, está creando enemigos donde no los hay: los jubilados, las AFJP, la Corte, Estados Unidos, las empresas extranjeras, YPF española, la oposición política vegetariana, los “grupos concentrados”, y otra serie de inventos. En resumen, esta situación, ¿te ayuda a vos, individuo, a mejorar tu nivel de vida, a lograr tu felicidad? Claramente no. Es más, estimado individuo, en este “modelo” argentino estamos perdiendo todos con una política súper centralizada en el estado nacional, donde no existe el federalismo. Te agrego: las repúblicas federales, como Argentina o Estados Unidos, se fundaron para, entre otras razones, limitar a los gobiernos para hacer prevalecer la razón y la decisión de los individuos como vos por sobre los supuestos intereses superiores del estado o, peor, del gobierno. Es muy desagradable y da mucha bronca equivocarse cuando las decisiones no las toma uno mismo. Estamos viviendo en una irrealidad, sin saber que, en verdad, estamos yendo directamente hacia el choque con un iceberg.

            Llegado este punto, creo conveniente reproducir lo siguiente: La única idea “constructiva” que a conciencia puedo promover, es que el individuo ponga su confianza en si mismo, no en el poder; que busque mejorar su comprensión y sus conocimientos, levantando sus propios valores a niveles cada vez más elevados; que asuma la responsabilidad por su conducta, no delegándola en comités u organizaciones; y, sobre todos, no delegando su responsabilidad en un estado superpersonal. Estas reformas vendrán necesariamente, si los hombres actúan como seres humanos inteligentes y responsables.[2]

           
            Entonces, evitemos la igualdad de las personas: no somos iguales porque, justamente, somos todos individuos, vos y también yo, cada uno con sus distintas potencialidades. Nuestro faro debe ser la Libertad, con mayúsculas. No permitamos que el estado, ni ninguna otra organización, nos quite nuestra Libertad, que debe ser la mayor posible compatible con el marco social e institucional en el que nos desenvolvemos. Es nuestro derecho, y también nuestro deber. Ya lo dijo Benjamín Franklin: “Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad”.

            Es lógico que más de una vez te sientas acorralado. Por caso, cuando se habla de “la sociedad”, “la comunidad”,  “el público” o términos por el estilo. Pues bien, tené en cuenta, como bien señala Mises en su monumental obra “La Acción Humana, Tratado de Economía” que “la acción es obra siempre de seres individuales. Los entes colectivos operan, ineludiblemente, por mediación de unos o varios individuos, cuyas actuaciones se atribuyen a la colectividad de modo mediato”. Más adelante agrega que “una colectividad carece de existencia y realidad propia, independiente de las acciones de sus miembros”, “no es ni siquiera concebible un ente social que pudiera operar sin mediación individual”, “la realidad de toda asociación estriba en su capacidad para impulsar y orientar acciones individuales concretas”, “el único camino que conduce al conocimiento de los entes colectivos parte del análisis de la actuación del individuo”.

            Mises no termina en lo anterior, sino que agrega más conceptos que refuerzan su línea argumentativa. Así, dice en la misma obra que “la sociedad no tiene más base que la propia actuación individual”, sólo gracias a las acciones de ciertos individuos resulta posible apreciar la existencia de naciones, estados, iglesias y aun de la cooperación social bajo el signo de la división del trabajo”, “la actuación individual engendra la colectividad”,  y que ésta se “integra de concretas actuaciones individuales”, minimiza la existencia de un alma social y dice que “todo ente colectivo no supone más que un aspecto particular de ciertas actuaciones individuales”.


            Espero, mi estimado individuo, que los conceptos que, brevemente, he desarrollado en las líneas anteriores te hagan reflexionar acerca de la importancia en el respeto de los derechos individuales, así como, repito, a la vida, a la propiedad, en una palabra, a la felicidad plena. ¿Cómo podemos resumir esto? Bien, con un principio fundamental que en las modernas concepciones del derecho y la economía se lo conoce como Rule of Law: las mayorías no tienen derecho a violar los derechos de las minorías.

            En el mismo sentido, ya Adam Smith dijo en su Teoría de los Sentimientos Morales que  “en la búsqueda de su propio provecho el individuo colabora con los demás. He visto muy poco bien hecho por aquellos que pretenden actuar por el bien público”. Como verás, la acción individual necesariamente conlleva una reciprocidad hacia los demás. Es decir, el individualismo no es sino una de las caras de la fundamental cooperación social.

            Claro que no siempre fue así. Si tuviera que definir o establecer una fecha a partir de la cual los individuos tomaron conciencia de la importancia fundamental de su accionar, esa es la Revolución Gloriosa en Inglaterra de 1688, a partir de la cual se limitaron los poderes de los reyes y fijaron como fundamentales para los hombres derechos tales como a la propiedad, la libertad, la vida, en fin a la búsqueda de la propia felicidad. Justamente, de nuevo, el  “Rule of Law”, que se plasmó definitivamente en la constitución de Estados Unidos a partir de 1787.

            En nuestro país, quien más ha bregado por difundir estos principios es el doctor Armando Ribas, que resume brillantemente la idea en el siguiente concepto: "Rule Of Law implica la limitación del poder político, que se hace imposible cuando el gobierno se apropia de la eticidad de la sociedad, al descalificar éticamente los intereses particulares como contrarios al interés general."

            Finalmente, entonces, mi estimado individuo, espero que este pequeño ensayo te haya ayudado a abrir los ojos a la realidad, a no sentirte culpable cuando alguien, por ejemplo, te diga que tu acción “sólo mira tu interés particular y no el del conjunto de la sociedad” o cuando te acusen de no “tomar en cuenta los valores y objetivos fundamentales del país”. Ahora, espero, tendrás elementos decisivos, no sólo para sentirte bien con vos mismo, sino para saber que sólo debés cumplir tus ideales individuales y que lo demás se dará por añadidura. Si esto es así, habré cumplido mi propósito, habré logrado mi objetivo.

Un abrazo.





[1] IDEAS sobre la libertad, Nro. 49, diciembre de 1986. John Hospers “Los significados de la libertad”.
[2] IDEAS sobre la libertad. Nro. 31. “Confiemos en el individuo” Frank Chodorov. 

lunes, 17 de junio de 2013

El pasivo del MAMDIS

¿Es el kirchnerismo el peor administrador de la cosa pública de la historia argentina? Se podría decir, rotundamente, que sí. Todo el tiempo escuchamos frases autorreferenciales que hacen alabanzas a Néstor Kirchner por el supuesto “pago de la deuda”. Pero puede que sea la falacia más grande del gobierno kirchnerista.

Veamos. Nunca en la historia de Argentina se ha recaudado más que en estos últimos diez años de gobierno. Un estado que avanza sobre la libertades individuales, expropiando y confiscando sin límite alguno. Sin embargo el país tiene miles de deudas…

Nos estamos refiriendo a las deudas por juicios entablados contra el país, que van desde casos nacionales hasta internacionales, de particulares hasta colosos empresariales.

Para darnos una idea de que monto estamos hablando, se puede tomar como referencia que las reservas del Banco Central son de unos casi US$ 39.000 millones. Y los reclamos a los que me refiero llegan a unos 77.000.000.000 de dólares, es decir mucho más que todas esas reservas. Y esto haciendo abstracción de que, de ninguna manera, los gobiernos pueden usar fondos de un órgano independiente, como un banco central, para pagar deuda pública. En este sentido, ya sabemos que los fondos de los bancos centrales son los activos que respaldan el pasivo de la base monetaria. En otras palabras, es el respaldo que tiene una moneda ante la confianza (o desconfianza) de la gente.

Y bien, estas cifras son demostrativas del coloso pasivo que está dejando la supuesta “década ganada” del kirchnerismo. Más claro aún: un país, virtualmente, fundido.

LOS JUICIOS Y DEUDAS

Analicemos brevemente los juicios que está afrontando la Argentina: son innumerables.

Estados Unidos,  Europa  y los mismos argentinos le hacen juicios a un gobierno que se extralimitó y avasalló todas las reglas de juego, tanto privadas como públicas, es decir verdaderos atropellos que pulverizaron la seguridad jurídica de la nación.

Dentro de los casos más relevantes se encuentran, en cifras aproximadas y agrupando según el tipo de deuda:

En tribunales internacionales:
  • Los jugosos US$ 11.177 millones de bonistas que no entraron a los leoninos canjes. Ciertamente, están muy bien defendidos por el juez Thomas P. Griesa, de la Corte del Distrito Sur de New York. Pueden llegar a ser unos US$ 20.000 si se le suman los intereses caídos.
  • US$ 9000 millones en deuda de la Argentina al Club de París.
  • Tramitados en  el CIADI (Centro Internacional de Arreglos de Diferencias relativas a Inversiones), con sede en Washington:
        • US$ 8.000 millones del juicio de Repsol por la confiscación de YPF.
        • US$ 1.560 millones del juicio de Marsans por la estatización de  Aerolíneas Argentinas.
        • US$ 400 millones de otras demandas internacionales menores.
 En el orden local:
  • US$ 23.600 millones de los fondos que administraban las AFJP que, si bien eran de propiedad de los aportantes (futuros jubilados), fueron confiscados sin compensación alguna. Es claramente, un pasivo contingente que se producirá en función de reclamos judiciales.
  • US$ 10.100 millones en demandas previsionales, de jubilados que exigen reajustes en sus haberes.
  • Juicios por accidentes en transporte público. El caso más conocido es el de las víctimas de la "Tragedia de Once",  donde el costo más grande fue la incalculable pérdida de 51 vidas y los más de 700 heridos que quedaron. Se calcula unos US$ 500 millones que el estado deberá pagar de indemnizaciones.
  • Unos US$ 400 millones de juicios de empresas mineras.
  • US$ 2000 millones, asignados en el presupuesto 2013 a pagarle a Venezuela.
  • US$ 1800 millones a PdVsa por deudas de compra de fueloil.

Thomas P. Griesa
¿Cómo es que, prácticamente, no se hable de todas estas multimillonarias deudas, en un país donde el día a día es una montaña rusa de noticias, los juicios son como fantasmas que nadie ve ni escucha salvo los propios perjudicados, a los que el gobierno responde con oídos sordos? ¿Ejemplos? A los jubilados les alargan los juicios esperando que mueran antes de llegar a un acuerdo o la aplicación de las sentencias. A los españoles de Repsol se les ríen en la cara intentando imponerles una suma mucho menor a la que deberían pagarles (y, sin embargo, no les pagan nada). A los bonistas estadounidenses que alguna vez depositaron su confianza en la Argentina les dicen, despectivamente, “fondos buitres”. Mientras tanto, todas las empresas estatales son deficitarias, la única manera de hacerle frente es mediante la coerción vía impuestos a un nivel nunca visto en el país, impuestos que el gobierno despilfarra en planes sociales y subsidios a empresas amigas.

¿Quién se va hacer responsable de estas deudas millonarias? El kirchnerismo seguro que no. ¿Quién es el que va a tomar la posta en 2015 y con qué escenario se va a encontrar? El silencio es casi total. De esto no se habla. Como vemos, el pasivo contingente es, sencillamente, enorme.

Digámoslo con todas las letras: el kirchnerismo está dejando un país en ruinas desde todos los puntos por donde se lo mire. Han hecho una estafa monumental a la ciudadanía argentina. Pero, como dice el refrán popular "no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista": en algún momento la era kirchnerista va a terminar y lamentablemente los que va a terminar pagando esta fiesta de estatismo son las futuras generaciones que nada tuvieron que ver con esto. Un gobierno que se jacta tanto de una “década ganada”, pero que al fin y al cabo está dejando una herida que ya comienza a ser la gran infección con una dolorosa verdad. Y esto sin dejar de tener en cuenta que el famoso “modelo acumulación con matriz diversificada e inclusión social” (Mamdis) tiene los días contados.

Algunas fuentes: Mecon, Ciadi, Anses, BCRA citadas por el diario La Nación

viernes, 31 de mayo de 2013

El control de precios, la inflación y una Argentina muy parecida a la vieja Alemania

El control de precios, íntimamente ligado a la inflación, es una ruina económica que hoy en día esta afectando a la Argentina.

Primero y antes que nada hay que definir y comprender que es la inflación y porque es tan peligrosa para el sano crecimiento de la economía de una país.

Tal y como define Alberto Benegas Lynch (h) en su libro Fundamentos de Análisis Económico, la inflación es la emisión monetaria por causas exógenas. Esto se explica de la siguiente manera: la moneda, al ser una mercancía como cualquier otra, está sujeta a la ley de oferta y demanda; si el mercado demanda, por ejemplo, 5% de moneda, el gobierno o quien sea que provea la moneda, entrega al mercado lo que éste necesita. Sin embargo, lo que es perjudicial es cuando se provee en excesiva cantidad, superando la demanda del mercado y generando así una pérdida de valor real de la misma, es decir, un aumento en la base monetaria.


Esta excelente definición contradice a la clásica enunciación que se aprende tanto en las escuelas como en las universidades, que dice, confundiendo efectos con causas, que la inflación es el “aumento general de precios”. Esta última definición es una falacia, dado que si todos los precios aumentan, incluido el salario que también es un precio, por ejemplo un 10%, esta inflación no afectaría en nada dado que los ingresos también aumentarían en ese porcentaje. Todo lo contrario: la inflación provoca un aumento dispar en los precios, generando entonces interminables pujas distributivas.

Para colmo, en estos días hasta en el más alto escalón del Ejecutivo se habló que el aumento en los precios era culpa de los comerciantes o empresarios. Pero, ¿es esto así? Decididamente, no. Las causas de la variabilidad en los precios se pueden deber, entre otros, a 2 factores. Uno tiene que ver con la esencia del capitalismo, el libre mercado, la acción humana del hombre. Y la otra, todo lo contrario, la intromisión del gobierno.

En el primer caso se debe a fenómenos endógenos, como destaqué antes, que corresponden a sucesos en el propio seno del libre mercado, por lo que nada tiene de preocupante. Son, en última instancia, señales para indicar en donde invertir y en donde desinvertir.

Mientras que en el segundo se da por sucesos exógenos: el manejo bancario del gobierno, la emisión espuria de “moneda”. Algo que es súper peligroso,  porque crea una burbuja ficticia, desviando de manera artificial los gustos de las personas y haciendo que las inversiones y los capitales se dirijan en direcciones erróneas.

Por lo tanto, es bueno destacar que los precios reales jamás pueden ser prisioneros de los gobiernos, sino que deben obligatoriamente manifestar las predilecciones de los individuos. Es más, la intervención gubernamental en la formación de los precios conduce, inexorablemente (y más temprano que tarde) a la conculcación de las libertades de los ciudadanos. Para los que crean que esto es una exageración del autor, los invito a repasar, brevemente, lo que sucedió en Alemania antes del nazismo y, que claro, sentó las bases para la entronización de Hitler en el poder. Pues bien, ejemplos de controles de precios hay cientos, pero quiero destacar entonces el caso de Alemania, ampliamente tratado en “Inflación y Control de precios” (Publicación del Instituto Integración Iberoamericano, México 1983).

En el mismo se señala que el contexto histórico se produce alrededor de la Primera Guerra Mundial que, en materia económica, no fue muy diferente a lo que es la Argentina de hoy en día: en ambos gobiernos se llevó y se lleva a cabo una política inflacionaria y un control de precios.

En el caso alemán, la producción de bienes y servicios directamente colapsó debido al control de los precios. De inmediato, el gobierno alemán dispuso un fracasado racionamiento de productos, mientras que el control se extendía no solo a los bienes sujetos al mismo, sino también a casi todo el conjunto de la economía.

El siguiente paso fue la centralización, a pasos acelerados, de todos los negocios bajo el ala del gobierno. Lo  previsto por el programa del presidente Hindenburg era la completa planificación central de toda la producción, era transformarse en un exacto y totalitario Commonwealth. Básicamente, lo que se quería hacer no era otra cosa que, como pretendían los socialistas, una Alemania donde la propiedad privada solo figuraba en lo coloquial, mientras que en la práctica era todo propiedad estatal.

El nacionalismo alemán glorificaba los logros de Zwangswirtshaft (la economía dirigida u obligatoria), lo definían como el más perfecto método para la realización del socialismo en un país predominantemente industrial como Alemania. Es más, este tipo de políticas fueron efectuadas  en otras oportunidades, por caso en 1931 con el canciller Brunning, que intentó retomar el Programa Hindnburg , aunque tiempo después los nazis realizaron un fortalecimiento más feroz de estas medidas.  

Ya en la Alemania nazi, el Reichswirtshaftsministerium (Ministerio de Economía del Reich) era el supremo director de toda la actividad productora. Toda empresa debía acatar las medidas que se les ordenaban. La clase dirigente de empresarios dejo de existir, pasando a ser meros empleados del partido nazi y la burocracia del Reich. Los privados ya no gozaban del fruto de su propio trabajo y las pocas ganancias que obtenían debían ser puestas donde el Ministerio de Asuntos Económicos les indicaban. Lo demás es historia conocida.

En otras palabras, el plan nazi del control de la economía significó un brutal cercenamiento de las libertades civiles y económicas, sin tomar en cuenta que, finalmente, se degradó en uno de los regímenes más feroces (no el único, ciertamente) que se hayan conocido en la historia de la humanidad.

A modo de conclusión, preocupa que en vez de atacar la raíz del problema, los gobiernos crean medicinas baratas que calman el dolor, pero que no matan la enfermedad. Debemos tener siempre presente el recuerdo de la Alemania de aquel entonces, la Alemania de 1923 donde el marco quedo devastado en una billonésima parte de su valor adquisitivo, una Alemania cada vez más parecida a la Argentina de nuestro tiempo. 

martes, 30 de abril de 2013

Máxima… ¡es lo que deberías hacer!

Máxima, al igual que todas las coronas existentes, son un reflejo del estatismo y la coerción. Pero ella puede cambiar en algo…

Al ser la primera reina extranjera, tiene una oportunidad única: enseñarle a los estatistas de todos los gobiernos y demás monarquías que está más allá de los nacionalismos y que impulsará con fuerza que se hagan reformas entre Argentina y Holanda.

Por ejemplo, que proponga que Argentina y Holanda sean como una misma región, sin trabas arancelarias, que los argentinos que quieran trabajar, estudiar o vivir en Holanda, lo hagan sin ningún problema, sin ninguna restricción, sin ningún impuesto raro, sin pedir visa ni ningún riguroso papel.

No tiene que ser un acuerdo/tratado entre Argentina y Holanda. Que lo impulse para Holanda-Argentina (si Argentina tuviese un mínimo de coherencia haría lo mismo para Argentina-Holanda), tiene ser una reforma de un país que se abre hacia el mundo.

Le recomiendo a esta nueva jerarca que sea el virus troyano dentro de la burocracia y que infecte al estatismo con ideas de libertad. Que haga esto y demostrará que medievales costumbres, como son los reyes aún existentes, hoy en día sirven para algo y que no están para inútiles cócteles sacándole a los contribuyentes euros para financiar su lujosa vida.


ATENCIÓN: esto que le recomiendo hacer a Máxima no es otra cosa que lo que los demás gobiernos tendrían que hacer entre todos los países del mundo. Pero esta vez veo una gran oportunidad, ya que ella al ser argentina sobrepasó al estatismo y se convirtió en una persona que, automáticamente, goza de todos los beneficios de vivir en Holanda. Que es, precisamente, lo que le debería pasar a cualquiera que pisara ese territorio europeo.

Máxima: no deposito mi confianza en vos respecto de que vayas a hacer las reformas que te digo… ¡¡¡pero es lo que deberías!!!