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viernes, 31 de mayo de 2013

El control de precios, la inflación y una Argentina muy parecida a la vieja Alemania

El control de precios, íntimamente ligado a la inflación, es una ruina económica que hoy en día esta afectando a la Argentina.

Primero y antes que nada hay que definir y comprender que es la inflación y porque es tan peligrosa para el sano crecimiento de la economía de una país.

Tal y como define Alberto Benegas Lynch (h) en su libro Fundamentos de Análisis Económico, la inflación es la emisión monetaria por causas exógenas. Esto se explica de la siguiente manera: la moneda, al ser una mercancía como cualquier otra, está sujeta a la ley de oferta y demanda; si el mercado demanda, por ejemplo, 5% de moneda, el gobierno o quien sea que provea la moneda, entrega al mercado lo que éste necesita. Sin embargo, lo que es perjudicial es cuando se provee en excesiva cantidad, superando la demanda del mercado y generando así una pérdida de valor real de la misma, es decir, un aumento en la base monetaria.


Esta excelente definición contradice a la clásica enunciación que se aprende tanto en las escuelas como en las universidades, que dice, confundiendo efectos con causas, que la inflación es el “aumento general de precios”. Esta última definición es una falacia, dado que si todos los precios aumentan, incluido el salario que también es un precio, por ejemplo un 10%, esta inflación no afectaría en nada dado que los ingresos también aumentarían en ese porcentaje. Todo lo contrario: la inflación provoca un aumento dispar en los precios, generando entonces interminables pujas distributivas.

Para colmo, en estos días hasta en el más alto escalón del Ejecutivo se habló que el aumento en los precios era culpa de los comerciantes o empresarios. Pero, ¿es esto así? Decididamente, no. Las causas de la variabilidad en los precios se pueden deber, entre otros, a 2 factores. Uno tiene que ver con la esencia del capitalismo, el libre mercado, la acción humana del hombre. Y la otra, todo lo contrario, la intromisión del gobierno.

En el primer caso se debe a fenómenos endógenos, como destaqué antes, que corresponden a sucesos en el propio seno del libre mercado, por lo que nada tiene de preocupante. Son, en última instancia, señales para indicar en donde invertir y en donde desinvertir.

Mientras que en el segundo se da por sucesos exógenos: el manejo bancario del gobierno, la emisión espuria de “moneda”. Algo que es súper peligroso,  porque crea una burbuja ficticia, desviando de manera artificial los gustos de las personas y haciendo que las inversiones y los capitales se dirijan en direcciones erróneas.

Por lo tanto, es bueno destacar que los precios reales jamás pueden ser prisioneros de los gobiernos, sino que deben obligatoriamente manifestar las predilecciones de los individuos. Es más, la intervención gubernamental en la formación de los precios conduce, inexorablemente (y más temprano que tarde) a la conculcación de las libertades de los ciudadanos. Para los que crean que esto es una exageración del autor, los invito a repasar, brevemente, lo que sucedió en Alemania antes del nazismo y, que claro, sentó las bases para la entronización de Hitler en el poder. Pues bien, ejemplos de controles de precios hay cientos, pero quiero destacar entonces el caso de Alemania, ampliamente tratado en “Inflación y Control de precios” (Publicación del Instituto Integración Iberoamericano, México 1983).

En el mismo se señala que el contexto histórico se produce alrededor de la Primera Guerra Mundial que, en materia económica, no fue muy diferente a lo que es la Argentina de hoy en día: en ambos gobiernos se llevó y se lleva a cabo una política inflacionaria y un control de precios.

En el caso alemán, la producción de bienes y servicios directamente colapsó debido al control de los precios. De inmediato, el gobierno alemán dispuso un fracasado racionamiento de productos, mientras que el control se extendía no solo a los bienes sujetos al mismo, sino también a casi todo el conjunto de la economía.

El siguiente paso fue la centralización, a pasos acelerados, de todos los negocios bajo el ala del gobierno. Lo  previsto por el programa del presidente Hindenburg era la completa planificación central de toda la producción, era transformarse en un exacto y totalitario Commonwealth. Básicamente, lo que se quería hacer no era otra cosa que, como pretendían los socialistas, una Alemania donde la propiedad privada solo figuraba en lo coloquial, mientras que en la práctica era todo propiedad estatal.

El nacionalismo alemán glorificaba los logros de Zwangswirtshaft (la economía dirigida u obligatoria), lo definían como el más perfecto método para la realización del socialismo en un país predominantemente industrial como Alemania. Es más, este tipo de políticas fueron efectuadas  en otras oportunidades, por caso en 1931 con el canciller Brunning, que intentó retomar el Programa Hindnburg , aunque tiempo después los nazis realizaron un fortalecimiento más feroz de estas medidas.  

Ya en la Alemania nazi, el Reichswirtshaftsministerium (Ministerio de Economía del Reich) era el supremo director de toda la actividad productora. Toda empresa debía acatar las medidas que se les ordenaban. La clase dirigente de empresarios dejo de existir, pasando a ser meros empleados del partido nazi y la burocracia del Reich. Los privados ya no gozaban del fruto de su propio trabajo y las pocas ganancias que obtenían debían ser puestas donde el Ministerio de Asuntos Económicos les indicaban. Lo demás es historia conocida.

En otras palabras, el plan nazi del control de la economía significó un brutal cercenamiento de las libertades civiles y económicas, sin tomar en cuenta que, finalmente, se degradó en uno de los regímenes más feroces (no el único, ciertamente) que se hayan conocido en la historia de la humanidad.

A modo de conclusión, preocupa que en vez de atacar la raíz del problema, los gobiernos crean medicinas baratas que calman el dolor, pero que no matan la enfermedad. Debemos tener siempre presente el recuerdo de la Alemania de aquel entonces, la Alemania de 1923 donde el marco quedo devastado en una billonésima parte de su valor adquisitivo, una Alemania cada vez más parecida a la Argentina de nuestro tiempo. 

sábado, 14 de julio de 2012

Educación “pública”, ¿Estafa o Verdad? (*)

«Nunca permití que la escuela interfiriera en mi educación»
Mark Twain

Es muy difícil realizar un trabajo sobre la “educación pública”, más que nada en el país en que vivimos donde es una “política de estado” ya instalada en la vida y en el pensamiento de los ciudadanos y todos lo toman como algo que siempre estuvo en nuestro país y que así debe ser. Es más, mucha gente toma la educación pública como “un derecho innegable”. Pues bien, en el siguiente trabajo investigativo de nuestra a autoría, daremos una breve reseña de la educación estatal, a través de temas tabúes como el de la falacia de lo “publico”, lo que en verdad generan los paros docentes, en que se basan los salarios docentes y como mejorarlos, hasta puntos más experimentales como, entre otros, el de los vouchers o créditos educativos y el home schooling.

La falacia Público vs. Privado
En nuestro país, al igual que en muchos otros, se utiliza la definición de Educación Pública para hacer referencia a la educación propiciada por el gobierno... pero acaso la educación privada ¿no es también para el público? En líneas generales, ¿no es acaso una educación sin más barreras que las generales a cualquier servicio privado? Por lo tanto, podemos afirmar que se trata en realidad de un juego de palabras, una trampa, formulada por los gobiernos para tapar lo que realmente esconde: que se trata de "educación estatal" gestionada privadamente.

¿Que significa educación privada en la Argentina?
En pocas palabras, implica que el dueño o la comisión de padres del estableciendo “privado” se dedican a temas tales como elegir el color del uniforme de los chicos, o el horario de las actividades extracurriculares, lo que, claramente, es ¡totalmente irrelevante en cuanto a la educación estrictamente considerada! Porque lo que de verdad importa es saber que se esta proveyendo en las escuelas: se brinda educación, bibliografías, textos... Ahora bien, ¿quién fija los temas curriculares en estos establecimientos privados? ¡El ciudadano que sea Ministro de Educación! En este orden, si nos preguntamos cual es una de las entidades más diabólicas e ineficientes que despilfarra dinero de los contribuyentes, automáticamente debemos responder: El Ministerio de Educación. Veamos el punto desde este aspecto: el hombre titular de ese puesto (es decir, el Ministro de Educación) un día antes de ser nombrado en el cargo es un mortal al igual que todos los demás (por lo tanto, sin poder de decisión en absoluto sobre los contenidos educativos) pero cuando asume como tal se transforma en una especie de iluminado que no solo se encarga de administrar la educación de sus hijos, sino también la de 40 millones de personas más. ¿Se puede ser tan inmoral? La educación es un proceso por naturaleza de prueba y error, no es algo tipo A más B igual C. Llegando a una de las primeras soluciones, proponemos desregular totalmente a los colegios privados, dejándolos experimentar distintos modos educativos, que se adapten a las necesidades de cada chico. Así, algunos optarán por escuelas con orientación a las ciencias, otros a la música, otros a las técnicas, etc.

¿Existe algo más socialista que la educación estatal? Cualquier empresa estatal que tomemos como ejemplo, ya sabemos que produce artículos de mala calidad a muy altos costos, con privilegios especiales para un grupo reducido[1], estando siempre en déficit y dejando a espaldas de los contribuyentes las deudas. Entonces, ¿por que seguimos permitiendo dejar en manos del gobierno la educación de los chicos?

Haciendo una digresión, ¿se imaginan si el gobierno fuese el encargado de distribuir los alimentos? Las consecuencias serían catastróficas y nadie tendría para comer. Pues lo mismo esta pasando con la educación. Tomemos por caso una maestra en el sector estatal. Digamos que argumenta estar "muy agradecida" por su trabajo para-estatal, y que sin este trabajo ella no podría darle de comer, ni vestir a sus hijos… Es claro lo siguiente: ¡Lo que esta docente no esta viendo es algo que se llama Costo de Oportunidad! ¿Qué significa esto? Significa que en realidad el gobierno no esta creando el empleo de esta maestra, sino que se le esta sacando la oportunidad a los verdaderos emprendedores que son los privados, de crear escuelas y darle trabajo y salario a esta mujer.
Algo a destacar es que esta mujer trabaja doble turno, sale a las 7 de la mañana y vuelve a las 5:30 de la tarde a su casa. Por el simple hecho que trabajando con un solo turno no le alcanza el dinero para “llegar a fin de mes”. ¿De que depende el sueldo de esta maestra? Su sueldo, como el de cualquier trabajador, depende entera y exclusivamente de la tasa de capitalización.

¿Que quiere decir esto de la "tasa de capitalización? Podemos asimilarlo a la cantidad de maquinarias o la cantidad de herramientas aplicadas a esa producción que están demandando los consumidores; cuando esa cantidad per cápita aumenta, aumentan los salarios e ingresos en términos reales de las personas[2]... Un ejemplo clarísimo es el de un jardinero de Buenos Aires - Argentina que se muda a Los Ángeles, California, USA y, automáticamente, pasa a ganar no menos de 8 veces más, con las mismas tijeras, la misma bordeadora, las mismas virtudes y los mismos defectos. En este caso, podemos estar en una disyuntiva en pensar si el porteño es más amarrete o si el californiano es más generoso... Pues bien, lo relevante está dado en que el californiano esta obligado a pagarle el salario mas alto, porque ¡la tasa de capitalización se lo exige, la competencia interlaboral así lo determina! Y son los marcos institucionales, el respecto a los derechos de propiedad lo que va a permitir que aumente la tasa de capitalización[3].


Volviendo al tema docente en nuestro país, ¿qué sucede con las famosas negociaciones de principio de año escolar, cuando los maestros reclaman un aumento de sueldo a través de las paritarias? Lo primero que encontramos es una gran injusticia hacia los que menos tienen en la sociedad, dado que se les sacan coercitivamente de los impuestos para pagarles a otros, en este caso a los docentes. Segundo, dado que las escuelas no provocan ganancias monetarias, el gobierno solo puede pagarles mediante lo que recolecta con los impuestos, y como todos los gobiernos invariablemente gastan más que lo que recaudan, les paga a los maestros, policías, médicos y a todo empleado estatal con déficit, lo que provoca inflación, haciendo que ese aumento sea finalmente ficticio.


El Homeschooling
Una alternativa a la forma que hoy en día impera en el mundo frente a mandar a los chicos a los establecimientos escolares es la modalidad de estudiar en casa o el homeschooling. Es un sistema no tan conocido en nuestro país, pero que va en alza, obviamente impulsado por los mismos padres de los niños que están en desacuerdo con las instituciones tradicionales.

Como el nombre lo indica, los chicos estudian en su casa de la manera que los padres decidan. En el caso de nuestro país, los chicos siguen, claro, el mismo programa de contenidos dado por el Ministerio de Educación en sus casas y a fin de año rinden exámenes en una escuela estatal o privada del año que le corresponda, en la modalidad de alumno libre.

Este sistema nos parece muy avanzado en el sentido que resguarda la libertad de los padres en decidir si quieren mandar o no a sus hijos a una escuela. Por supuesto que siempre va a haber gente que se mete en la vida de los demás, gente antiprogreso, gente paternalista. Como tal vez sea el caso de Ana Caraballo, psicopedagoga de la consultora Caraballo & Segat, citada en el diario La Nación, que implementa un programa de coaching estudiantil y afirma: "la escuela en casa impide la posibilidad de compartir con pares diferentes momentos y actividades, competir y, entre otras cosas, aprender a convivir con las diferencias"[4].

Sin embargo, ejemplos explícitos de chicos estudiantes hoy en día en sus casas, afirman todo lo contrario. Como es el caso de Felipe Fraile, citado en la misma nota, un niño que estudia en su casa y comenta: "La ventaja de estudiar de esta forma es que tengo tiempo libre para hacer lo que me gusta, como tocar el piano. Hace poco también pinté una parte de la casa, cosa que no haría si tuviera que ir a la escuela. Estar ocho horas encerrado en un colegio es muchísimo". Aparte comenta que amigos no le faltan debido a sus actividades "extracurriculares"[5].

Finalmente, en la misma nota mencionada, Constanza Mazzina, investigadora de Eseade y coordinadora del área educativa de la Fundación Libertad y Progreso, considera que la educación en la casa es una opción interesante "en un marco que desmonopolice y desregule la oferta escolar y permita la verdadera competencia entre sistemas educativos"[6].

Una interesante conclusión es que se trata de una respuesta a “la falta de respeto del Estado a la libertad de los padres en educar a los hijos en libertad, según sus convicciones, y la pésima formación y retribución que reciben los docentes por su trabajo. Si los gobiernos insisten en formar “cuadros” con su ideología, avasallar la educación de gestión privada obligándola a dictar materias y contenidos ajenos a sus principios, si destruyen la estatal con malos sueldos y peores evaluaciones, las familias cada vez más intentaran resguardar a sus hijos de la estandarización”[7].

Dato: si bien en nuestro país son raras excepciones las familias que eligen este método, por lo cual no se tienen estadísticas oficiales, sí existen en Estados Unidos, donde hay por lo menos dos millones de chicos estudiando desde sus casas.[8]



«Entregar la educación de nuestros hijos al Estado, es como entregar un rebaño
 de ovejas al cuidado de un lobo»
 Norberto Carca


La solución
En nuestro carácter de Libertarios, siempre estamos en defensa del individuo. Esto quiere decir que defendemos los derechos individuales de las personas (el derecho a la vida, el derecho a la libertad, el derecho a la propiedad, el derecho a la búsqueda de la propia felicidad) [9], y estamos a favor de la competencia, de los impuestos bajos y de un Estado limitado.

En este marco, ¿cuál sería nuestra solución a la escuela estatal? Obviamente lo ideal sería que dejasen de existir las escuelas estatales y solo hubiese escuelas privadas que compitan entre si por los alumnos, en un proceso de prueba y error, dejando a los padres decidir que establecimiento es el indicado para sus hijos. Pero en un país donde el gobierno esta tan entrometido en los más variados temas y la educación esta tan prostituida, sería algo imposible en el corto plazo. Así que proponemos una serie de medidas simples que darían un buen resultado y en un futuro llegar al nirvana planteado al principio.

El primer paso sería, antes que nada, que las escuelas que son privadas hoy en día se puedan llamar realmente privadas. Para esto la primera solución es cerrar el Ministerio de Educación, ahorrándole al gobierno un gran gastadero de dinero; y dejar que cada escuela elija los programas educativos que quiera dar, los libros, los textos, la cantidad de materias por año, las cantidades de año que necesita cada chico para graduarse. En resumen, LIBERAR LA CATEDRA.

En segundo término, los capitales privados al ver que la educación es desregulada y rentable se dedicarían también a este negocio. Y si hemos entendido algo en nuestros estudios, paradójicamente, sobre oferta y demanda, debemos recordar que cuando la demanda sube (en este caso la de escuelas), los precios tienden a bajar. En otras palabras, cada vez más gente podría acceder a la educación privada. Obviamente, este proceso también generará una sana y productiva competencia entre institutos educativos, generando un menú cada vez más diversificado de opciones elegibles. Debe hacerse hincapié en que, así como es positivo y deseable que haya competencia, por ejemplo, en el comercio de bienes, también lo debe haber en el de servicios educativos.

Un tercer punto es bajar decididamente la carga impositiva. Es claro que muchos problemas se resolverían con esta medida, no sólo el de la educación. Este aspecto lo podemos visualizar claramente si pensamos, por caso, en la gente de ingresos más bajos, porque, como dijimos antes, les quitan coercitivamente mediante impuestos parte de su salario para financiar la educación de toda la comunidad (o país), lo que incluye, obviamente, niños también de familias más pudientes. Es decir, hay un direccionamiento o subsidio implícito de quienes menos tienen hacia quienes más tienen. Personalmente, nosotros estamos en contra de cualquier tipo de subsidio, pero resulta a todas luces insólito que el flujo monetario vaya de los más necesitados hacia los menos necesitados. ¡Esta absurda paradoja es el resultado final de la intervención del estado en la educación! Un disparate igual al que sucede en otros ámbitos de la economía.

Un error gravísimo de la mayoría de los países del mundo, incluida, claro, la Argentina, es que los gobiernos subsidian la oferta (llegando al 100% en el caso de las escuelas estatales) en vez de, eventualmente y con más lógica, subsidiar la demanda... Ahí es donde entran los famosos, o no tan famosos, sistemas de vouchers o créditos educativos. Un posible método sería que a cada familia se le entregara un voucher equivalente a cierta cantidad de dinero, para que la familia eligiera libremente en que escuela se va a educar su hijo.
Claro esta que estos vouchers no deberían ser un despilfarro de dinero de los contribuyentes. El alumno se debe esforzar para mantener este privilegiado cheque que le da el Estado y no desperdiciar esta oportunidad única. Esto crea madurez en la persona.
Por supuesto esta alternativa nos parece mucho más moral que la ya vigente en la que se les da educación a los chicos que de verdad se esmeran… ¡al igual que a los que le tienen sin cuidado su educación!

Estamos seguro que en un sistema de escuelas privadas liberadas y en una sociedad con impuestos bajos, estos vouchers, finalmente, no se van a necesitar, Pero, para atender casos puntuales, se podría ver una manera de aceitar el proceso y conceder vouchers periódicamente.

¿Es posible tener un país con escuelas solamente privadas? ¡SI! ¡¡¡Claro que si!!! De hecho en Argentina antes de que Sarmiento, con las mejores intenciones, llevara a cabo su proyecto de educación estatal, trayendo incluso maestras de Estados Unidos, ya había una considerable cantidad de escuelas privadas, que fueron finalmente decayendo frente al nuevo sistema del expresidente. Veamos lo siguiente, con información más que interesante y prácticamente desconocida para el público en general: “Durante la época colonial, la principal oferta educativa de Buenos Aires estuvo en manos de escuelas particulares, laicas o conventuales, que respondían a la demanda de educación generada por parte de hijos de burócratas, comerciantes, ganaderos, artesanos y militares. Los establecimientos eran variados: algunas escuelas eran de mediana dimensión, otras pequeñas, que podían limitarse a la habitación de una casa. Muchas de las instituciones seglares eran regenteadas por mujeres, que en general brindaban una educación rudimentaria, y cuyo alumnado era es su mayoría mixto. Desde mediados del siglo XVIII el consumo de la educación iba en aumento en toda Hispanoamérica, debido al crecimiento económico que se produjo en buena parte del continente. En 1773 un procurador encargado de presentar un censo de enseñanza en Buenos Aires informaba que existían numerosas escuelas particulares; su opinión fue confirmada en 1797 por otro funcionario, quien indicaba que esas escuelas estaban pobladas de niños”[10].

Finalmente, resumamos en que la idea de una educación totalmente privada no es para nada descabellada, sólo falta abrir los pensamientos al debate…


“En realidad hay solo una solución: el estado, el gobierno, las leyes no deben ocuparse
 de los colegios ni de la educación. Los fondos públicos no deben ser utilizados para 
esos fines. La crianza y la instrucción de la juventud debe dejarse enteramente 
en manos de los padres y de las asociaciones
 e instituciones privadas”
Ludwig von Mises, 
Citado por Alberto Benegas Lynch (h)[11]

Apéndice de lo que no debe ser…
Algunas frases que señalan que lejos estamos aún en Latino América de la libertad educativa…



“Decenas de miles de estudiantes chilenos protagonizaron ayer en la capital del país la más multitudinaria marcha en lo que va del año, en reclamo de educación pública, gratuita y de calidad
Santiago de Chile, junio de 2012


Prohíben dictar religión, música e inglés en primaria en horario académico.”
Ministerio del Poder Popular para la Educación. Municipio de Baruta, Miranda, Venezuela.


“A partir del 2013 los alumnos de primer grado no podrán repetir el año.”
Anuncio del ministro argentino del área, Alberto Sileoni


"Educación publica y gratuita siempre"
Franja Morada (agrupación política universitaria argentina, afín a la Unión Cívica Radical)


Provincia de Jujuy, sólo 50 días de clase en todo el año 1998. Por decreto
del gobernador, se promovió de grado automáticamente a todos 
los alumnos.


“Buscan que tampoco se repita segundo grado en escuelas bonaerenses”
Propuesta de la ministra de Educación Silvina Gvirtz.


Los alumnos ya no repetirán el primer grado de la escuela sino 
que promocionarán directamente.
Acuerdo de todos los ministros de Educación de Argentina.


“En el sistema público [en referencia a la universidad] tiene que haber gratuidad
Camila Vallejo Dowling. Militante chilena del partido comunista.



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[1] http://www.elcato.org/la-privatizacion-de-la-educacion
[2] Alberto Benegas Lynch (h) Seminario Universidad El Cato-Fundación Libertad. Abril de 2011.
[3] Ibídem.
[4] Educarse sin ir al a escuela, ¿es posible? Silvia Premat. Diario La Nación. Sociedad. Domingo 10/06/2012.
[5]Ibídem.
[6] Ibídem.
[7] La Culpa es del Estado. Carlos Camean Ariza. Diario La Nación. Opinión. Domingo 10/06/2012
[8] Un fenómeno creciente en EE.UU. Dos millones de chicos no asisten a la escuela. Silvia Pisani. Diario La Nación. Domingo 10/06/2012
[9] Derechos individuales según Armando Ribas en el programa de televisión “Cala”, de Ismael Cala, trasmitido por CNN en Español el mes de enero de 2012.
[10] Carlos Newland. BUENOS AIRES NO ES PAMPA: La educación elemental porteña 1820-1860. Grupo editor Latinoamericano Colección Estudios Políticos y Sociales. Páginas 59/60.
[11] http://www.elcato.org/educacion-y-des-educacion
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* Este trabajo fue originalmente presentado en la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad y resultó ganador de una beca para participar del IV Congreso Internacional “La Escuela Austríaca en el Siglo XXI”

lunes, 5 de diciembre de 2011

¿Los costos determinan los precios?


            La teoría del trabajo dice que las cosas valen por el trabajo que tiene  incorporado. Por ejemplo: algo que tiene muchas horas hombre, tendrá más valor.

           Un ejemplo de la vida diaria: muchas veces nos ofrecen bienes que son más caros porque son “hechos a mano”. Por caso, un pulóver hecho a mano se cobra más caro que un pulóver industrial. ¿Es esto así? ROTUNDAMENTE NO. La ciencia económica descubrió hace ya mas de 2 siglos, que los costos no determinan los precios, sino que justamente vale lo contrario, es decir, incurrimos en más costos porque el mercado esta dispuesto a pagarlos. Así, en el caso del pulóver, es el mercado, es decir la gente, la que esta dispuesta a pagar más por un pulóver artesanal que uno industrial. Como está dispuesta  a pagar más, es que puedo incurrir en más costos en fabricarlo.


            Veámoslo con un ejemplo contundente: si en el fondo de de mi casa me pongo yo a construir un automóvil desde 0 (cero), digamos una imitación de un Corsa, es un hecho que mi imitación va a ser un “desastre”. Si tardo, por ejemplo 4 años en construirlo, y me fijo un salario de $5.000 mensuales, podemos asegurar que nadie me va a pagar a mí  los $240.000 que invertí sólo de  mano de obra en mi Corsa. ¿Por qué?, porque en  el mercado ese automóvil se consigue, perfectamente construido, por $80.000.

            Entonces esta claro que por más costos de trabajo en que yo haya incurrido, eso no implica que sea una fuente de valor. En resumen: el trabajo es un costo más que tendré que tener en cuenta, pero que no determinará el valor final del producto.




LOS COSTOS NO DETERMINAN LOS PRECIOS, SINO QUE LOS PRECIOS DETERMINAN LOS COSTOS…